sábado, 18 de abril de 2015

Defiance

Por Ramón Ruestes Faire


Un lugar en el mundo

Nos centramos una vez más en la ciencia ficción y más concretamente en una serie de SyFy. Hace ya un tiempo que comenté la primera temporada de Los 100 (2014 – actualidad) y antes de ella venía de ver la más que entretenida Revolution (2012 – 2014), ambas del canal madre de la ciencia ficción. En esta ocasión toca comentar la segunda temporada de Defiance (2013 – actualidad).

Como en muchas ocasiones, un actor o actriz puede mover al espectador a apostar o no por una serie o película. Ese fue el motivo que me llevó a entrar en el mundo de Defiance. Dos nombres, conocidos para los fans del género, Tony Curran y Jaime Murray. El primero participó en el fantástico y emotivo episodio Vincent y el Doctor, episodio 10 de la quinta temporada del Doctor Who (2005 – actualidad). Su interpretación, su personaje y como siempre el episodio en conjunto fueron maravillosos. Ver de nuevo al actor que encarnó a Van Gogh en el Doctor Who ya es un motivo más que suficiente para dar una oportunidad a Defiance.

La segunda cabeza de cartel personal de Defiance es Jaime Murray. La actriz inglesa fue un personaje más o menos habitual de Warehouse 13 (2009 – 2014) interpretando a H.G. Wells. Disfrutar de ambos actores ya es un motivo más que suficiente para dar una oportunidad a la serie.

Defiance nos sitúa en un escenario terrestre, en el año 2046 después de una guerra entre diferentes razas. La guerra deja un nuevo orden mundial, cultural, social y topográfico o geográfico. 

En la primera temporada, la serie parece no decidirse sobre qué camino coger. La serie, dado su planteamiento, dispone de un arsenal de ingredientes para dejar huella en la pequeña pantalla. La sensación que me dejó la primera temporada es la de una oportunidad perdida, dado que el desarrollo cultural o social se queda muy al margen de la trama principal. No se aprovecharon los ingredientes de los que se disponía y no se supo cuajar una buena temporada. Marcando mucho las distancias, con la oportunidad de profundizar en la diversificación de razas y culturas, esperaba que la serie bebiera de Babylon 5 (1994 – 1998) o de la propia saga cinematográfica de Star Wars (1977 – actualidad).

En busca de la terraformación

Situándonos en la segunda temporada, objeto del artículo de hoy, la serie mejora su experiencia anterior, aunque no lo suficiente.

La apuesta de la segunda temporada por desarrollar la familia Castithan de Defiance es uno de los grandes aciertos de la temporada. Datak Tarr, interpretado por el antes mencionado Tony Curran y Staham Tarr, interpretada por la ya mencionada también Jaime Murray, son el centro de la raza en la ciudad. Constituyen una estructura de poder mafioso en la urbe al estilo más clásico, con una cultura muy cerrada. Las luchas de poder entre ambos cónyuges en esta temporada ganan protagonismo en la serie. Sin duda uno de los aciertos de Defiance en esta nueva etapa.

Al igual que los Castithan, los Indógen también ganan protagonismo en esta temporada. Los Indogen se caracterizan por ser una especie con un conocimiento muy desarrollado de la ciencia y la biología. Dicha raza está personificada casi únicamente por Meh Yewll interpretada por Trenna Keating. Su personaje desarrolla el papel de médico de la ciudad y es el más enigmático de la serie, dando un hálito de misterio muy necesario. La mezcla entre las tramas de los Castithan y Meh Yewll es de lo más interesante de la temporada, y denotan potencial para posteriores ocasiones.

Aunque me centre en estas dos razas, no constituyen por desgracia la trama principal de la temporada, ni mucho menos. La serie está protagonizada por Joshua Nolan y su hija adoptiva Irisa Nyira de raza Irathient. Joshua Nolan está interpretado por Grant Bowler. Su papel es el clásico aventurero, sin más desarrollo o más expresividad. Le falta carisma desde mi punto de vista y quizás un poco más de profundidad sentimental. La trama principal de esta segunda temporada se basa en Irisa Nyira, interpretada por Stephanie Leonidas. La raza Irathient es una raza guerrera, con mucho carácter y con un extraño sentimiento religioso. El argumento central es demasiado místico, demasiado enigmático. La trama no es tensa, es más bien confusa. Se busca una magnificencia tanto argumental como visual que no se desprende.

Un personaje que decae calamitosamente en esta segunda temporada es el de Amanda Rosewater, interpretado por Julie Benz. En la primera etapa de la serie, Amanda tiene su lugar en la serie, alcaldesa de Defiance. En esta ocasión, su lugar en la serie es confuso, vacila de un lado a otro sin más motivación que completar alguna trama o rellenar algún episodio.

En su defecto, una nueva incorporación gana protagonismo. Anna Hopkins interpreta a Jessica Berlín, un soldado del nuevo orden mundial denominado República Terrestre. Su papel en la serie es secundario, aunque su relleno me sorprendió gratamente.

Por último, destacar que uno de los dos pilares de fuerza social de la ciudad en la primera temporada, los mineros encabezados por Rafe McCawley interpretado por Graham Greene, pierde dicho estatus, a favor de una República Terrestre poco desarrollada en la serie, encabezada por un Niles Pottinger falto de carisma y definición, interpretado por James Murray.

La temporada es entretenida, las tramas secundarias son mucho más interesantes que las principales, sobre todo las protagonizadas por Datak Tarr, Stahma Tarr y la indogen Meh Yewll. La serie necesita tomar un rumbo, sea cual sea, y apostar por él con firmeza. Sigo pensando que la primera temporada de la ya cancelada Revolution le da mil vueltas a Defiance, hecho que me hace pensar que la serie va a sufrir en la parrilla si no profundiza.


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