Por Natalia Mitov
Aviso de spoilers: quien no haya visto el primer episodio de la quinta temporada de Juego de tronos, Las guerras por venir, o leído los libros hasta Danza de dragones incluído, leería este artículo bajo su propia responsabilidad.
Vuelve
Juego de tronos, vuelve la lucha por ver quién se sienta en el
Trono de Hierro, vuelve, pero con un capítulo un tanto flojo. Y es que creo que no he sido la única que tras ver el capítulo se ha preguntado que si había pasado algo. Una lástima, ya que al contrario de lo que piensa el compañero
Raúl S. Saura, yo sí creo que la serie suele empezar potente, flojea durante los capítulos 4, 5, 6 (y si me apuráis, en algunas temporadas hasta el 7) y luego tiene un cierre espectacular.
Pero, sinceramente ¿qué esperábamos? Se supone que esta temporada abarca Festín de cuervos y Danza de dragones y los dos son libros plagados de conjuras, son el preámbulo a lo que nos espera en Vientos de invierno (¡qué ganas!) y, por tanto, son lentos. Al menos Danza de dragones cuenta con Tyrion, Daenerys y Jon (toma triplete de personajes), pero Festín de cuervos no. El cuarto libro realmente se sustenta sobre la trama de Cersei y la de los Greyjoy y en segundo plano la de los Martell y la de Arya. ¿Qué pasa si quitamos a los Greyjoy? Que nos quedamos con tres. Si a eso le sumamos que con los Martell van a hacer lo que quieran y que la trama de Arya no da para sostener toda la temporada, nos queda solo Cersei. Por eso no me extraña que a los compañeros Marisa Lobo y Raúl S. Saura les haya parecido muy flojo el capítulo. Pero volvamos a lo que nos atañe.